Asturias Naturaleza Minera

Un legado industrial único, donde la tradición y la modernidad se entrelazan, invitando a explorar la historia y la transformación de Asturias

Vía Verde del Ferrocarril del Eo

Vía Verde del Ferrocarril del Eo

La Ruta del Ferrocarril, que discurre por el concejo de San Tirso de Abres, en el extremo más occidental de Asturias, posee gran valor histórico y cultural

La Ruta del Ferrocarril discurre por el concejo de San Tirso de Abres, en el extremo más occidental de Asturias, unas tierras bañadas por el Río Eo. El mayor encanto de esta Vía Verde reside en su valor histórico y cultural, pues transcurre por lo que antaño fue el ferrocarril minero que unía A Pontenova, en Galicia, con San Tirso de Abres, ya en Asturias. De este aún se conservan numerosas muestras de patrimonio industrial, como una central hidroeléctrica, o los seis túneles que hay repartidos durante el recorrido, y que son uno de sus elementos más característicos.

La ruta del Ferrocarril transcurre por el espacio que ocupaba el antiguo ferrocarril minero que recorría la línea Villaodrid-Ribadeo, en Galicia, durante la primera mitad del siglo XX. Discurre entre la sierra de Neira y el valle de Lorenzana, una zona que hace años albergó varios yacimientos de hierro, de cuya extracción se ocupó la empresa Sociedad Minera de Villaodrid (SMV).

Sin embargo, parte de los 33 kilómetros de su trazado atravesaban el concejo asturiano de San Tirso de Abres, donde 13 de ellos los reconvirtió la Fundación de los Ferrocarriles Españoles en una Vía Verde, dentro de su proyecto para la recuperación de trazados ferroviarios en desuso.

Este tren funcionó desde 1903 hasta 1964, y tras su transporte en ferrocarril, el hierro partía en barco desde el cargadero de Ribadeo (que aún se puede ver junto al puente de los Santos) hacia Vizcaya y otros puertos europeos.

La ruta del Ferrocarril o Vía Verde del Eo (PR. AS-300) es uno de los recorridos más sencillos que puedes hacer en Asturias. Tiene una longitud de 13 kilómetros (ida y vuelta), en un itinerario lineal que dura aproximadamente 3 horas y media (en total) sin apenas desnivel, con solo 45 metros positivos. Debido a su escaso desnivel y a los pocos obstáculos que encontraremos en el camino, otra buena alternativa sería hacerla en bicicleta. Sea cual sea la opción que escojas no debes olvidarte de llevar una linterna o frontal contigo (podría servirte la propia linterna del móvil), ya que atravesarás numerosos túneles que pueden no estar iluminados siempre.

La ruta del Ferrocarril comienza en San Tirso de Abres y llega hasta el arroyo de O Cairo, justo en el límite entre Asturias y Galicia, aunque se puede ampliar 6 kilómetros más por terreno asfaltado hasta A Pontenova (Galicia). El recorrido empieza a un lado de la carretera de acceso a San Tirso, muy cerca de la curva anterior al puente, y en sus primeros metros pasa junto a la antigua estación de tren, que en la actualidad es una vivienda privada. Allí mismo también verás una edificación cilíndrica, que parece haber sido un depósito, probablemente de carbón.

Uno de los aspectos más llamativos de la ruta son sus seis túneles. El primero, el de San Tirso (90 metros de longitud), te lo encontrarás poco después de empezar a andar, a unos 300 metros del inicio. Luego se irán sucediendo el túnel da Volta (90 metros y en curva), el de la central (65 metros, el más corto), el de Pedrido (100 metros), el túnel do Carriceiro (130 metros), y el túnel da Asela (el más largo con 173 metros).

El único tramo delicado del recorrido es el punto en el que tendrás que cruzar los tres carriles de la carretera N-640 en plena curva, alrededor del kilómetro 1,5 de ruta. Poco después de este cruce nos encontraremos dos mesas de merendero, las únicas que hay en todo el recorrido, y muy cerca de ellas el acceso (un poco cerrado) a la vieja central hidroeléctrica, la central do Louredal, que data de 1932. Más adelante a mano derecha, hay una central eléctrica que sí que está en funcionamiento y a la que está prohibido acceder, y junto a ella una pasarela metálica, que cruza el río a bastante altura.

Si te apetece y no tienes vértigo, siguiendo la ruta podrás también tomar un desvío a mano derecha, bajando hacia el puente colgante de Piago Mayor, uno de los puntos más guapos y bucólicos de la ruta. Volviendo al camino, unos metros más allá (también a la derecha) encontrarás la bajada hacia la escala de salmones, un curioso invento que sirve para que estos no se queden atrapados en las presas, y puedan continuar su camino río arriba.

Volviendo a la senda, en la parte más frondosa de este verde bosque de ribera, habremos de prestar atención para no pasar por alto otro rincón interesante, el aliviadero, que se construyó para dar salida bajo las vías a un pequeño arroyo. Se encuentra a mano izquierda y hay que bajar por un camino corto pero bastante empinado, que está indicado con una discreta flecha en el camino principal.

El último elemento representativo del antiguo ferrocarril minero con el que nos encontraremos será un “caseto”, una pequeña edificación de mampostería y techos de pizarra, que utilizaban para guardar el carbón que se usaba como combustible para el ferrocarril.

Pronto llegaremos al final de la ruta, marcada por el arroyo de O Cairo, frontera natural entre Asturias y Galicia. En este punto puedes optar por dar la vuelta o seguir otros 6 kilómetros por asfalto hasta A Pontenova, donde están los hornos de calcinación, en los que se transformaba el mineral que posteriormente transportaba el tren.